sábado, 8 de julio de 2017

Tiempo Ordinario:Domingo 14 Ciclo A





Primera lectura

Lectura de la profecía de Zacarías (9,9-10):

Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14

R/.
 Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,9.11-13):

Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

Palabra de Dios

Evangelio

0
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor

miércoles, 5 de julio de 2017

No des vacaciones a Dios este Verano



El Papa Benedicto XVI, antes de salir de vacaciones en verano del 2012 manifestó lo siguiente: 

«en los días llenos de ocupaciones y de problemas, pero también en aquellos de descanso y de distensión, el Señor nos invita a no olvidarnos que si bien es necesario preocuparse por el pan material y restaurar las fuerzas, aún más fundamental es el crecer en la relación con Él, reforzar nuestra fe en Aquel que es el Pan de Vida».

Te vamos a dejar algunas ideas para mantener viva tu relación con Dios durante las vacaciones estivales.

1. Visitar una Iglesia no es solo turismo religioso, es visitar a Jesús

Para los católicos entrar a una Iglesia en ciudades turísticas es parte obligada del tour. Las Iglesias, hasta las más sencillas, poseen una belleza especial. Están delicadamente arregladas y arquitectónicamente muy bien pensadas. Mientras sacamos fotografías en su interior a veces olvidamos que Jesús está ahí mismo y esa luz que parpadea en el fondo es señal de que nos espera. El turismo religioso está bien, pero cuando visitamos una casa no solo nos contentamos con saludar al anfitrión, también es muy grato dedicarle unos minutos para saber de su vida y agradecerle por la acogida.



2. Tu smartphone también te puede mantener conectado con tu fe

Una de las cosas más importantes del equipaje es el cargador de tu teléfono. Sabes que lo vas a ocupar para sacar fotografías, buscar direcciones, comunicarte con sus seres queridos, –e incluso los más fanáticos revisarán sus correos electrónicos para saber si hay alguna novedad en el trabajo–. No estaría nada de mal que revises estas aplicaciones que todo católico debería tener en su smartphone y te ayudarán a no bajar la guardia y mantenerte siempre en una buena conexión espiritual con el Señor. Si con eso no te basta y eres de los que les gusta averiguar dónde y cuándo hay misa, te compartimos una aplicación que te servirá mucho.  Te invitamos a que puedas ayudar a completarla y agregar las iglesias que vayas encontrando. Todos necesitamos saber dónde hay misa los domingos cuando estamos lejos de casa. (Misas.org)

3. Sacar  fotos bonitas es un ejercicio de contemplación

A veces sacamos fotos esperando que las vean nuestras familias y amigos y se sorprendan por los hermosos lugares que estamos visitando. ¿Te has puesto a pensar que el Señor hizo esos paisajes y lugares para que tu los veas? Es como si Él sacara una foto para publicarla en su muro y que tu digas: «wow, que hermoso lugar», pero en este caso no es una foto, Dios hizo este lugar para ti, por amor. Suelta el teléfono un minuto, no te preocupes tanto porque la foto salga bien y disfruta de la postal que Dios ha hecho para ti.



4. Aprovecha el tiempo para sanar las heridas

La velocidad e intensidad con las que llevamos adelante las tareas del año suelen dejar algunas heridas en nuestras familias, sobre todo en nuestros matrimonios. Es buena idea tomarse un tiempo de intimidad para conversar, sanar esas heridas  y curarlas mutuamente. Tomarse ese tiempo sin el apuro de los quehaceres domésticos seguro será provechoso.

5. Una buena lectura también es oración

Hay ocasiones en que nos atrapa la estructura y si no rezamos sentimos que no estamos conectados con Dios y con nuestra vida espiritual. Es cierto, rezar es importante, pero cuando te acuestas tarde y te levantas más tarde aún, como ocurre generalmente en vacaciones, es difícil hacer una buena oración. Por otra parte, mucha gente lleva a sus vacaciones cosas para leer. Te invito a que en estas vacaciones dejes en casa la novela romántica o de suspenso y lleves un buen libro que te ayude a crecer espiritualmente. Saca de tu cabeza que la fe es aburrida, las vidas de los Santos son tremendas novelas de aventura.

6. Da al que no tiene. Aprende a ver a Jesús en los demás 

Jesús está ahí, en el que sufre y lo pasa mal. Los lugares turísticos también tienen de esas personas. Se nos olvida mirar a nuestro alrededor y ver que quizá quien te está atendiendo no ha tenido el mejor de los días. Las luces, los locales comerciales, las artesanías, las ricas comidas y la playa nos distraen. Puede que muchas veces pase desapercibido el muchacho sentado en la esquina de la calle o la niña que vende caramelos en el semáforo, estos días de descanso haz un esfuerzo para que no sea así. Vacaciones es un buen tiempo para poner en práctica las obras de Misericordia corporales a las que tanto nos invita el Papa Francisco.



7. No lleves equipaje de sobra

Deja en casa lo que tiene que quedarse en casa. Deja el trabajo en el trabajo. Pocas cosas son realmente necesarias en tus vacaciones: tu familia, tus amigos, un poco de ropa, un poco de dinero (y eso no siempre es necesario), comida y especialmente ¡Dios! No llenes tu maleta con cosas innecesarias y que solo te impedirán descansar. Lleva en cambio aquello que te ayudará a reponer tus energías y llegar completamente renovado de regreso a la rutina. 


«Venid a mí todos los que estais cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mateo 11, 28).

sábado, 1 de julio de 2017

Tiempo Ordinario: 13º Domingo Ciclo A



Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (4,8-11.14-16a):


Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa. 
Ella dijo a su marido: «Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.» 
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. 
Dijo a su criado Guejazi: «¿Qué podríamos hacer por ella?» 
Guejazi comentó: «Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo.»
Eliseo dijo: «Llámala.»
La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo.»



Palabra de Dios

Salmo

Sal 88,2-3.16-17.18-19


R/. Cantaré eternamente 
las misericordias del Señor



Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades. 
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.



Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: 
camina, oh Señor, a la luz de tu rostro; 
tu nombre es su gozo cada día, 
tu justicia es su orgullo. R/.



Porque tú eres su honor y su fuerza, 
y con tu favor realzas nuestro poder. 
Porque el Señor es nuestro escudo, 
y el Santo de Israel nuestro rey. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6,3-4.8-11):


Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.



Palabra de Dios

Evangelio

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Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,37-42):



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»



Palabra del Señor